jueves, 12 de enero de 2012

"Las Suplicantes

El Centro Cultural El Séptimo Fuego, se complace en presentar todos los lunes a las 23.30 hs. una adaptación para danza de "Las Suplicantes", clásica tragedia griega de Esquilo. En su primer experiencia como directora, la bailarina Camila Ruiz Rossi, encara el trabajo de poner en el lenguaje de la danza, una obra clá ...sica en la que se representan temas tan universales y permanentes como la dominación masculina y la dicotomía que el hombre enfrenta frente a sus propias decisiones.

Las suplicantes se dirigen a pedir asilo al rey de Argos, para evitar la unión forzada a hombres a quienes ellas no han elegido, suponiendo así que la mujer tiene derecho a disponer de sus deseos y de sus cuerpos. Del otro lado, la decisión del rey se tensará entre el peligro de entrar en guerra con los egipcios o ir en contra de la voluntad de los dioses, frente a cualquiera de las dos opciones, el resultado será siempre el destino trágico. 

La guerra o la paz, la libertad o la dominación, la democracia o la tiranía; esta tragedia griega revive 2500 años después de haber sido escrita temas de una acuciante actualidad, representados en el escenario, a través del lenguaje universal y poético de la danza.

El Grupo Papillón que protagoniza la obra, está integrado por Guadalupe Tolosa, Yamila Caire, Mariana Palermo, Daniela Rodríguez, Patricia Elvira y Juan José Oviedo. La dirección y coreografía corre por cuenta de Camila Ruiz Rossi.

Por reservas e informes llamar al 495-9572 o dirigirse a la sede del teatro: Bolívar 3675

viernes, 29 de julio de 2011

A donde llegan los que llegan?

Yo me movía normal, como siempre, con mi paso de ameba y avanzaba mirando a un lado, al otro. Y una fuerza incontenible surgía dentro mío queriendo salir hacia afuera, de pronto abandonaba mi postura normal y caminaba como un flamenco, y me divertía con ese andar ridículo y elegante a la vez, y me reía hasta que un antiguo temor me invadió y continué caminando normal, con mi paso de ameba. Tal fue el temor a que otro me viera que quede entumecida recostada a un lado. Y paso otro por allí, y no advirtió que yo veía como dejaba su andar de ameba y daba rienda a su pulsión intima que le hacía cambiar de formas, y este imitaba el andar de un león y reía y gemía a la vez. Y en un momento se asusto y volvió a caminar como ameba, y se fue por donde vino, mirando a un lado, al otro. 
Ya no me movía normal, como siempre, mi andar de ameba era un sentir viejo, y seguía yo arrastrándome. Y volvió ese impulso salvaje, rebelde, antiguo, y me deje llevar, y mis piernas se elevaron formando tijeras, cortando el aire. Y de pronto mis piernas quisieron saltar como las ranas, pero al tiempo el miedo me devolvió mi andar de ameba, pero aquella pulsión natural se apodero de mis movimientos y camine como flamenco y me reí de mi andar y de mis pensamientos bravos. Y ya era yo otra cosa en otro espacio, y la libertad era mía como es la libertad de sí misma. Y tan abstraída estaba que no note que otro me observaba con espanto, y me increpó, y me sentencio, y yo lloraba y pedía disculpas, hacia todo tipo de promesas para evitar la sanción, y el otro me extorsionó, yo pague el impuesto entonces me dejo ir.
Escondida, triste y aun temblando descubrí con sorpresa que el otro miraba a su alrededor y comprobando que estaba solo se erguía y comenzaba a imitar mi andar de flamenco, después volvía a su posición normal de ameba, y tímidamente estiraba las piernas para imitar a mi flamenco pero tenía más temor que ganas así que seguía caminando normal como ameba.